¡HOLA A TODOS!
A través de este espacio podremos comunicarnos a partir de temas de interés común.Está bueno esto de tener tu propia casa y mostrar en ella una parte de lo que sos.
QUIERO QUE ESTE BLOG SEA MI CASA: ESTÁS INVITADO/A
Son varios los temas que me interesan y en los que trabajo. Vamos con el primero:
COMUNICACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES
Empiezo por compartir una nota que salió publicada como carta de lectores en el diario Río Negro, el 30 de abril del 2012
¿QUÉ SIGNIFICA “PONERSE
LA CAMISETA”?
Cuando hablamos de la
comunicación al interior de las organizaciones, ya sean éstas públicas o
privadas, el organigrama completo tiene siempre algo que decir. Es que con el
lenguaje se pueden hacer muchas cosas: prometer, jurar, adular, estimular,
condenar, injuriar, etc. Y también manipular.
El lenguaje –sobre todo
el oral- está presente de manera constante desde que la organización abre hasta
que cierra y más también. Digo esto porque de todo lo que se habla durante las
horas extralaborales tomamos mucho contenido de investigación los que nos
dedicamos a este tema. Tema del que habría mucho que decir.
Sin embargo, en esta
oportunidad prefiero quedarme con una frase muy pronunciada en los últimos
tiempos: “Ponerse la camiseta (de la
empresa es lo más común)”. Cuando directores, supervisores, encargados, jefes,
les dicen a sus empleados que deben ponerse la camiseta de… ¿Qué les están
pidiendo, en realidad? ¿Qué es ponerse la camiseta? Creemos que les reclaman un
conjunto de cosas que van desde cumplimiento, responsabilidad, compromiso con
el trabajo, identificación con la firma, pero qué más. Porque esta expresión
connota una fidelidad especial y –para algunos a quienes se lo he preguntado-
hasta un sentimiento.
Conozco empleados de
organizaciones comerciales e industriales que responden espontáneamente al
perfil de la camiseta, que las sienten como propias, que las defienden, que
desean no irse nunca de allí, que las viven como su otra familia. Pero a éstos
justamente nadie les pidió que se pusieran ninguna prenda porque las
condiciones laborales y humanas que acompañaron su historia de trabajo fueron
determinando conductas de adhesión y respeto.
Un trabajador debe
cumplir con los requerimientos de la organización en la que se desempeña y
acatar sus normas; pero ninguna de éstas puede exigirle que construya
sentimientos de identidad. Pedirle a su gente que se ponga la camiseta de su
empresa es una suerte de manipulación. Puede generar confusión entre los más
ingenuos que luchan con su culpa por no poder lograrlo –en el mejor de los
casos. Y puede provocar otras muchas respuestas: desde la impotencia hasta la
irritación y el rechazo.
Si siente que todavía los
suyos no se han puesto la prenda, pregúntese cómo hacen otros para lograrlo sin
necesidad de obligar a nadie.
Nélida E. Cantero
DNI 10 045 711